Durante la noche, son innumerables las fuentes de luz artificial que se mantienen encendidas, invadiendo la oscuridad.
Una iluminación que puede estar justificada al permitirnos realizar nuestras tareas o darnos sensación de seguridad, pero lo cierto es que también afectan al medioambiente y a nuestra salud.
Esto sucede cuando existe contaminación lumínica, que viene a ser el brillo artificial del fondo del cielo, generado por las instalaciones de alumbrado artificial.
Una contaminación que afecta a más del 80% de la población mundial y que parece pasar desapercibida.
Sin embargo, el 60% de los europeos, cuando miran al cielo, no pueden contemplar la Vía Láctea. Un porcentaje que alcanza el 80% en Norteamérica.
Ahora bien, ¿es posible evitar este y otros efectos negativos de la iluminación artificial nocturna?
Para ello, es necesario tener en cuenta criterios de sostenibilidad y considerar los efectos de la propagación de la luz en la atmósfera a la hora de diseñar las instalaciones de alumbrado exterior.
Encontrar el equilibrio para iluminar de forma eficiente, pero respetando el paisaje nocturno.
Efectos de la contaminación lumínica sobre el medio ambiente y la salud
Una de las consecuencias de la contaminación lumínica sobre nuestra salud es la alteración de los ritmos circadianos, lo que implica desajustes en la segregación de melatonina, la hormona del sueño.
Además, la elevada exposición a la luz nos genera cansancio, estrés, alteraciones del estado de ánimo, e incluso está relacionada con un mayor riesgo de patologías como la diabetes, la obesidad o cáncer, según las conclusiones de la conferencia internacional Artificial Light at Night 2020.
La contaminación lumínica también perjudica a la flora y fauna, lo que supone un impacto negativo sobre la biodiversidad.
La sobreiluminación altera sus propios ciclos circadianos, los hábitos de alimentación o reproducción, desorienta en las migraciones y afecta a los hábitos nocturnos de algunas especies.
Unos efectos que deben tenerse en consideración, teniendo en cuenta que el 65% de las especies tienen hábitos nocturnos.
Pero, además de estos efectos sobre la salud y la biodiversidad, la contaminación lumínica es responsable de parte del sobreconsumo energético, interfiere en la investigación científica (astronomía y astrofísica) y es causa de la pérdida de patrimonio cultural y natural, el cielo nocturno estrellado.
Qué medidas tomar para evitar la contaminación lumínica
Para evitar la contaminación lumínica, la iluminación de espacios exteriores debe hacerse de forma justa, eficiente y responsable.
La tecnología LED, que tan buenos resultados ofrece en cuanto a eficiencia energética y calidad lumínica, debe usarse en estos espacios exteriores atendiendo a una serie de criterios:
- Se debe iluminar solo lo necesario y el tiempo que sea necesario. Esto siempre atendiendo a la normativa aplicable en cuanto a niveles de iluminación necesarios para la iluminación de espacios, edificios, monumentos y letreros públicos y privados en cada uno
de los casos. - No se deben instalar sistemas de iluminación con luz blanca fría (> 4000K), al tener su espectro un alto contenido de luz azul (más o menos 450 nm) que resulta perjudicial para la salud y el medio ambiente, y se dispersa en mayor medida en la atmósfera.
- Los sistemas de iluminación más adecuados son con luz cálida, con temperatura de color igual o por debajo de 3000K. En las áreas protegidas, la iluminación debe ser PC Ámbar.
- Usar luminarias con reflector y cierres transparentes, preferentemente de vidrio plano. Procurar no inclinar las luminarias sobre su posición horizontal.
- Se deben utilizar luminarias con Flujo Hemisférico Superior instalado (FHSinst) inferior al 1%. En un núcleo urbano, luminarias con un FHSinst igual al 10% provocan un 75% de resplandor a 50 km y más del 90% a 200 km. Por tanto, reduciendo el porcentaje de FHSinst por debajo del 1% se reduce la contaminación lumínica a grandes distancias.
- Procurar usar proyectores frontalmente asimétricos, con
asimetrías adecuadas a la zona a iluminar e instalados sin
inclinación. - Utilizar apuntamientos (dirección de la intensidad
máxima) de proyectores con ángulos inferiores a 70˚. Esto
evita el deslumbramiento a usuarios del espacio público.
Tener en cuenta estos criterios a la hora de elegir la tecnología LED no debe suponer un problema, puesto que existe un amplio abanico de luminarias que reúnen las características necesarias para reducir la contaminación lumínica.
Además, esta tecnología está continuamente innovándose para dar una respuesta cada vez más eficiente a las necesidades de iluminación.
Entre estas innovaciones están los sistemas de control inteligente, que permiten ajustar la luz a las demandas específicas de cada espacio y en cada momento (apagado-encendido, atenuación, etc.), optimizando también el consumo energético.
Desde Genia Energy Solutions ofrecemos soluciones a las instalaciones lumínicas que mejoran la eficiencia energética y evitan la sobreiluminación, a través de los sistemas de iluminación LED inteligentes.
La tecnología Digital Lumens, con la que trabajamos, está reconocida como tecnología limpia y forma parte del Salón de la Fama de Tecnología Limpia Global Cleantech desde 2017.
Durante siete años estuvo en la lista Global Cleantech, como una de las 100 tecnologías limpias con el mayor potencial de impacto significativo en el mercado y, desde entonces, su cartera de soluciones tecnológicas ha seguido ampliándose.
Estas soluciones de tecnología limpia van desde las luminarias LED inteligentes y controles de iluminación avanzados, hasta el paquete de aplicaciones SiteWorx® Facility Insights.