Las necesidades de la industria y la logística en iluminación inteligente, impulsan a disponer de naves cada vez más altas.
Las grandes naves industriales están en constante movimiento, con personas, maquinaria y mercancías que fluyen constantemente en sus instalaciones.
La gestión de la iluminación en naves industriales en altura, supone un quebradero de cabeza para los responsables de la instalación, pues se han iluminado tradicionalmente con lámparas de halogenuros metálicos de hasta 400W que necesitan una reactancia y un arrancador. Como tardan en alcanzar su plena potencia lumínica, es necesario mantenerlas encendidas constantemente.
La luz que emiten los halogenuros metálicos difícilmente llega a iluminar adecuadamente cuando la altura de la nave sobrepasa los 7 metros, algo muy común hoy en día, sin contar con que estas lámparas se deterioran rápido y su calidad lumínica decae con el tiempo. Su vida útil es muy limitada, lo que exige continuos trabajos de mantenimiento y sustitución en altura que constituyen un coste añadido e incluso pueden suponer la paralización parcial de la actividad, pero sobre todo, suponen un riesgo para la integridad de los trabajadores que realizan las labores.
Como estas lámparas tienen una eficiencia lumínica de en torno al 20%, significa que pierden el 80% de la energía que consumen en calor.
El resultado es un alto coste energético y su equivalente en emisiones de CO2 y una iluminación poco uniforme, que distorsiona los colores y provoca cansancio entre los trabajadores.
Iluminación inteligente
Los nuevos sistemas de iluminación LED aportan mejor calidad lumínica en los entornos de trabajo que se manifiesta en una distribución uniforme de la iluminación y una buena reproducción cromática. Mejorando la calidad de la iluminación se consigue mayor confort, aumenta la productividad y reduce el riesgo de accidentes. Disponer de una adecuada iluminación no es una opción, es una exigencia por ley.
Pero no cualquier led es capaz de iluminar adecuadamente desde grandes alturas. Un sistema de iluminación digital inteligente como los que diseña e instala Genia Energy Solutions basado en la tecnología de Digital Lumens, una marca de OSRAM, está preparado para iluminar en naves de hasta 40 metros de altura. Aprovecha la tecnología LED, a la que incorpora sensores, una red de IoT para la gestión inteligente remota e incluso autónoma del sistema y un software de gestión para conseguir los máximos ahorros, mejorando las condiciones de iluminación.
Las luminarias, además de su gran potencia lumínica, están dotadas de lentes que consiguen iluminar de forma uniforme o concentrar la luz allí donde es más necesaria. Incluso en naves y hangares de más de 40 metros. Con ello se consigue siempre una calidad de iluminación óptima allí donde es necesario. Además alcanzan su máxima potencia en una fracción de segundo, no pierden sus cualidades durante su larga vida útil y pueden funcionar con normalidad incluso a temperaturas extremas de -35º.
Las luminarias de Digital Lumens permiten incorporar sensores que monitorizan parámetros como las condiciones naturales de luminosidad, la concentración de maquinaria o personal y sus desplazamientos, la temperatura, la humedad relativa… a través de sensores.
Esta información es compartida mediante una red inalámbrica Zigbee que forman las luminarias entre si y enviada a un sistema de gestión remota, en este caso SiteWorx™, que permite gestionar todo el sistema desde un dispositivo móvil, tablet o un ordenador.
Con esta información es posible desde encender y apagar luces de forma automática para que el consumo sea el mínimo, por ejemplo al paso de un operario o una carretilla por un pasillo o regular la potencia de la iluminación para aprovechar la iluminación natural que pueda haber en cada momento. De esta forma se usa la iluminación solo cuando se necesita.
Los sensores son capaces de ofrecer mucha más información, como las condiciones ambientales de temperatura y humedad para garantizar la perfecta conservación de los productos y las condiciones del entorno laboral, el movimiento de personas y maquinaria por las naves que permite una planificación que evite “cuellos de botella” o la temperatura de maquinaria y tabulaciones para permitir un mantenimiento preventivo o evitar congelaciones. De esta manera, la iluminación industrial pasa de ser una facility a ser una herramienta de la inteligencia empresarial.
Instalar un sistema de iluminación inteligente comienza con un estudio lumínico que determina el número de luminarias necesarias, su ubicación y sus características, que, aunque van a mejorar notablemente la calidad de la iluminación, siempre resulta en menos puntos del luz que en los sistemas tradicionales. Este estudio también avanza la reducción de consumo energético y emisiones que se puede conseguir y la reducción de potencia contratada que se podrá realizar gracias al menor consumo. Con este enfoque de consultoría, cada nave dispondrá de la mejor iluminación adaptada a sus características específicas y que le permita maximizar el ahorro y no de un sistema estándar.
Estos sistemas son tan eficientes que el coste de sustitución de un sistema tradicional se compensa por el ahorro que consigue la nueva instalación en la factura de la electricidad en apenas 2 años.
Por otra parte, las organizaciones se ven cada vez más impulsadas por sus clientes, sus socios y la comunidad a reducir su huella de carbono.
Al implantar un sistema de iluminación inteligente que permite obtener reducciones en el consumo superiores al 90% que tienen su reflejo en la misma proporción en las emisiones de CO2 y en la factura de la electricidad, se está consiguiendo reducir la huella de carbono de la organización y conseguir los objetivos de sostenibilidad.